La ginecomastia define una alteración que provoca el aumento de volumen de las glándulas mamarias en el hombre.
Aunque durante la pubertad es normal que la glándula mamaria masculina aumente de tamaño debido a los cambios hormonales, cuando éstos cesan, las mamas deberían recuperar su forma. Sin embargo, en algunos casos la glándula queda aumentada provocando una evidente alteración estética y posibles repercusiones psicosociales.
Tipos de ginecomastia
La ginecomastia puberal, aparecida durante la pubertad, puede remitir de forma espontánea. Por ello se recomienda esperar y si no se resuelve sola extirpar la mama quirúrgicamente.
Otro tipo de ginecomastia es la secundaria, relacionada con el uso de ciertos medicamentos (corticoides, anabolizantes, diuréticos, antiácidos…) o el padecimiento de algunas enfermedades (distrofia adiposo genital, cirrosis hepática….).
Por último está la pseudoginecomastia, que presenta un componente mayoritariamente graso, y se da sobre todo asociada a la obesidad.
En qué consiste la intervención
La técnica permite la extracción de la glándula mamaria y la grasa a través de una pequeña incisión periareolar.
Se deja un pequeño botón debajo de la areola para que ésta, al cicatrizar, no se adhiera al músculo pectoral dando lugar a una depresión muy inestética.
En las pseudoginecomastias la liposucción es muy útil para reducir el volumen mamario.
Postoperatorio y recuperación
Tras la intervención, se deja un drenaje para evitar la formación de hematomas y se aplica un vendaje compresivo durante 24 horas que se sustituye por una faja que se ha de llevar un mes.
Tras extraer lo puntos, se recomienda comenzar con masajes, evitando el ejercicio físico durante los primeros quince días.
La dureza que se forma debajo de la piel, en el espacio dejado por la extracción de la glándula, puede tardar meses en desaparecer.